En 1615 se inaugura la vida de clausura del monasterio bajo la advocación de Santo Toribio, uno de los primeros obispos de Astorga que fue sepultado en el monasterio de Liébana.
Toribio Fernández del Portillo y su esposa Antonia emplearon sus bienes en el convento para que las monjas intercedieran por sus almas y las de la humanidad. A la primera fundación del convento vinieron cuatro monjas del convento de San Roque de Salamanca.
Se adaptaron un conjunto de casas para el convento, pero sin estructura de conjunto lo que motivó que a lo largo de los años se fueran haciendo continuas reformas. Actualmente quedan originales la espadaña y algunos muros.
De la iglesia original, la parte baja se adaptó para cocheras y en la parte superior se construyó una capilla donde se celebra el culto. La desamortización de Mendizábal (1835) agudizó la crisis y el convento perdió sus bienes inmuebles.
En el interior destaca una escultura de Santo Toribio de Liébana, anónimo, del siglo XVII, una pintura de Santa Rita y la Virgen de la Consolación entregando la correa a San Agustín que son obras de Vidal González del XX. Y también podemos contemplar el escudo del fundador de la Orden de Santiago del siglo XVII.
El rodaje de varias secuencias de la película "Octavia", que dirigió el salmantino Basilio Martín Patino, en la finca El Cuartón, propiedad de la "Fundación Inés Luna Terrero", sita en las proximidades de Vitigudino, propiciaron que diversos medios de comunicación se hicieran eco del penoso estado de ruina que se encontraba su bello y señorial palacete. Esto llevó al Patronato que gestiona los recursos de la Fundación, a reconstruir el inmueble, en el que se ha ubicado una posada.
Tanto el palacio como la historia que lo rodea, forman parte del patrimonio de nuestra comarca. Vecinos de distinta condición social, de Traguntía, Pozos, Vitigudino etc., que conocieron a su propietaria, cuentan orgullosos, las comodidades y lujo que tenía en la primera mitad del Siglo pasado, cuando lo habitaba Dª Inés Luna Terrero; "la BB", como era conocida, a la vez que con admiración relatan su interesante biografía y forma de proceder, resaltando que vestía a la última moda, fumaba en público y conducía su propio automóvil, señalándola como una extraordinaria dama que vivió con varias décadas de adelanto aquella época.
Está situada a las afueras del pueblo, es del siglo XVI, concretamente de 1584 y con una reforma en 1611. Su autor fue Rodrigo de Gándara, destaca la esbeltez de la fachada que remata en una levada espadaña. Destaca en su interior un retablo rococó de la segunda mitad del XVIII.
IGLESIA PARROQUIAL DE SAN NICOLÁS DE BARI DE VITIGUDINO
Manuel Gómez Moreno, hablando da esta iglesia, dice que su torre es de sillería, grande y buena; coro en alto, abierto al interior., sobre bóveda escarzana de crucería y cubierto por otra a cintel redondo. Por fuera una portada con arco y columnas lisas semijónicas, entablamiento, hornacinas y remates. Consta en los libros parroquiales que Pedro de Hinestrosa ,vecino del lugar así llamado en Vizcaya, maestro de cantería y su hijo de igual nombre, llamado el Mozo para distiguirlo, vecino de Salamanca, acordaron en edificarla, en 1.542. Primero se hizo un contrato sobre la torre, dando fin a las obras en 1.555. Una vez terminada la torre se pensó en la conveniencia de hacer el resto de la iglesia y así, el 18 de Julio de 1.585 se contrataba con el cantero Lorenzo García, la obra de la Capilla Mayor. La obra estaría acabada el 22 de Febrero de 1.589. En la parte exterior de la iglesia al altar mayor hay una piedra con la fecha de 1.588.
La planta orientada correctamente, nos dice en su libro "Los Lanestrosa, tres generaciones de, canteros de Salamanca”, Antonio Casaseca, es de cruz latina y cabecera rectangular con estribos esquinados. La capilla mayor se cubre con bóveda de lunetos y casetones; el crucero con bóveda baída, que da la sensación de ser más moderna. La nave es de cuatro tramos, el último más largo y tiene bóveda de medio cañón. Tanto los arcos formeros como los perpiaños son de sección rectangular, ligeramente achaflanados y todos de medio punto.
La torre tiene cuatro cuerpos separados por impostas. El de campanas presenta ocho vanos, dos de cada lado, y está coronado por una balaustrada con candeleros o flameros.
En el cuerpo bajo hay una portada de arco de medio punto con grandes dovelas sobre una sencilla imposta, presentando las partes bajas de las jambas un originalísimo despiezo. Está flanqueada por dos semicolumnas sobre plinto, cuyos fustes cortan los salmeres del arco, los capiteles de las mimas son muy esquemáticos y únicamente unos arqui1los y una flor cuadrifolia en el frente, constituyen toda la decoración .Rematan el conjunto dos impostas a modo de entablamento y en la parte superior, una vacía hornacina con venera flanqueada por dos candelabros, o candeleros.
En la parte alta de la portada ,y para dar luz al coro, existe una ventana amainelada con tracería de reminiscencias góticas, aunque las molduras del abocinamiento son renacentistas.
El interior de la torre tiene un coro abierto a la nave. Se cubre con bóveda la crucería de seis claves en la que faltan los nervios cruceros, pero en cambio posee terceletes, contraterceletes y ligaduras, que al unir las claves forman un cuadrado de dos, de cuyos vértices parten dos ligaduras que unen los terceletes y contraterceletes de las costaneras. Se apoya el coro en una bóveda de cinco claves con nervios cruceros, terceletes y ligaduras. En las dos bóvedas los nervios hacen de ménsulas y las claves se adornan con temas florales de talla muy esquemática, la central del coro bajo un poca más rica al estar enmarcada por una laurea. Los perfiles de los nervios son triangulares y se puede decir que característicos de esta época.
Tiene una longitud de unos 43 metros, 8 y 11 metros de altura el cuerpo y el crucero respectivamente; y 12 y 16 de anchura.
El año 1.974 con participación de todo el pueblo se limpió totalmente, quitándole la cal, yeso y pintura, quedando al descubierto las cinco hornacinas y los dos ojos de buey. Más tarde, canteros de Villavieja picaron, rejuntaron y limpiaron las paredes. Todo el coste lo sufragaron los vecinos de Vitigudino, teniendo en cuenta que dos años antes se había arreglado la Ermita del Socorro, que se encontraba cerrada al cuto, debido a su gran deterioro.
El año 1.986 en la iglesia parroquial cayó una piedra de una cornisa, de dos metros de larga y unos treinta cms. de altura y espesor. Con dicho motivo. D. Pío García Escudero observó no solamente la piedra caída sino la balaustrada superior que encontró en grave deterioro. Y es lo que deseamos y necesitamos ver arreglado.
Dentro de la Iglesia tenemos una figura de un Cristo Yacente, que según Antonio Casaseca es de un discípulo muy próximo a Gregorio Fernández. Otras tallas como un Crucificado y una imagen de la Inmaculada que recuerda a las de Montañés. San Roque y San Isidro, dignos de tener en cuenta. También hay un cuadro de San Sebastián que es una copia muy exacta de la que hay en el museo del Prado de Guido Reni. Un gran cuadro de la Asunción de la Virgen de Juan Martín Cabezalero, del siglo XVII. En el altar mayor están cuatro cuadros del vitigudinense Vidal González Arenal sobre la vida de San Nicolás de Bari, titular de la parroquia, pintados en Roma a finales del siglo pasado.
Luciano Sierra.
Edificio Multiusos que comprende la Oficina de Información Turística, Sala de Exposiciones y Aula Informática.
Situado en la calle San Roque, 36, antiguamente fue la Capilla de la Residencia de Estudiantes San Nicolás.